Todos los MacBook, Mac Mini y iMacs que ha lanzado Apple desde finales de 2020 incluyen chips diseñados por sus ingenieros en lugar de los procesadores de Intel. Esta transición ha comportado grandes mejoras en el rendimiento y la eficiencia energética de sus ordenadores, pero también algunos inconvenientes, como la imposibilidad de utilizar Windows 11.
Una circunstancia esta última que ha cambiado para bien esta semana después de que Microsoft haya llegado a un acuerdo con Parallels para que este software de virtualización pueda instalar, a partir de ahora, Windows 11 Pro y Windows 11 Enterprise en las computadoras de Apple que equipan chips de la familia M1 y M2.
Es importante señalar que, dado que estos procesadores están basados en la arquitectura ARM, las licencias oficiales que se pueden instalar en los mismos son las de Windows 11 en ARM, lo que implica que algunos programas y videojuegos no funcionarán o bien lo harán más lentamente que en la versión normal de Windows 11 para chips x86.