Lo de Nintendo tiene mérito. Sin el músculo financiero de sus competidores que tanta falta hace para invertir miles y miles de millones de dólares en el desarrollo de nuevas consolas, en los últimos años no le ha quedado más remedio que recurrir a la imaginación y el ingenio para lanzar al mercado propuestas innovadoras con las que plantar cara a Sony y Microsoft.
Y lo mejor del caso es que, para sorpresa de propios y extraños, sus últimas dos consolas están cosechando un éxito arrollador y se están comiendo con patatas a sus rivales a pesar de tener unas características técnicas muy limitadas, a años luz de las que ofrecen sus contrincantes. Tal es el caso de la Nintendo DS, que ha barrido a la PSP merced a sus dos pantallas táctiles y a franquicias como Nintendogs o Brain Training que han sabido aprovechar al máximo el potencial del que dispone.
Pero si las ventas de la pequeña DS están siendo espectaculares, algo muy parecido está sucediendo con la Wii. Aunque gráficamente se sitúa varios peldaños por debajo de la Xbox 360 y la PS3, aunque en su catálogo no cuenta con ningún título rompedor a nivel visual o sonoro, aunque está siendo publicitada mucho menos que las máquinas de Microsoft y Nintendo, aunque en definitiva nadie daba un duro por ella meses antes de su lanzamiento, las cifras de ventas actuales no dejan lugar a dudas: es la consola de sobremesa más vendida del momento, y con mucha diferencia sobre las demás.
Su revolucionario sistema de juego, con un mando con sensores de movimientos que sustituye a los controladores tradicionales, ha atraído a millones de usuarios ávidos por experimentar sensaciones diferentes cuando están delante de un juego. Y lo que es más importante, con esta innovadora propuesta Nintendo está captando la atención de personas que nunca habían tenido una consola pero que han visto en la Wii algo diferente con lo que poder pasar un rato divertido con los amigos de vez en cuando.
Desde el mismo momento de su lanzamiento en Japón, Wii se colocó como la consola de sobremesa líder del mercado, triplicando las cifras de ventas de PlayStation 3 y, por supuesto, barriendo a Xbox 360, que no acaba de despegar en el mercado asiático. Diferente era la situación en Estados Unidos, donde la consola de Microsoft había sido la indiscutible vencedora de la campaña navideña. Pero todo ha cambiado esta semana después que se hayan conocido los datos de enero, que ponen de manifiesto que Wii ha pasado a ocupar la primera posición con una cómoda ventaja sobre Xbox 360 y la PS3, cuyo elevado precio está suponiendo un freno a la ventas.
Todavía es muy pronto para saber qué consola se acabará llevando el gato al agua y se convertirá en la más vendida de esta generación, pero a tenor de los datos que se van conociendo todo parece indicar que, si no cambian mucho las cosas, Wii tiene muchas papeletas para ser la gran triunfadora.