Los transeúntes que estos últimos días han pasado por la plaza Pioneer Court de Chicago se han topado con una estatua que llama la atención por su tamaño (8 metros de altura) pero sobre todo por el personaje al que representa: Marilyn Monroe, sin lugar a dudas una de las actrices más bellas y controvertidas de la historia de Hollywood.
La estatua es obra de Seward Johnson y recrea, probablemente, una de las escenas más recordadas de la intérprete de Los Ángeles y, por extensión, del séptimo arte: aquella en la que Marilyn pasa por encima de unas rejillas de ventilación y el aire que es expulsado hacia arriba levanta su falda en La tentación vive arriba, película que dirigió Billy Wilder en 1955:
La escultura, muy apropiadamente, lleva por nombre ‘Forever Marilyn’.