Su voluminosa cabeza, el inconfundible color blanco que adoptan los ejemplares adultos y su carácter sociable han convertido a las belugas en uno de los mamíferos marinos más conocidos por el gran público, sobre todo entre los más pequeños.
Con un tamaño que puede llegar a superar los 5,5 metros y los 1.600 kg en los machos de mayor edad, es el cetáceo que tiene un porcentaje más alto de grasa en su cuerpo. En la actualidad se calcula que la población mundial de belugas está compuesta por unos 150.000 ejemplares, la mayoría de los cuales se encuentran en el Ártico y en las regiones adyacentes de América del Norte, Rusia y Groenlandia.
La naturaleza curiosa y juguetona de esta especie, unida al hecho de que normalmente viajan en grupos que en ocasiones, durante el verano, pueden reunir a cientos e incluso miles de individuos propicia que los avistamientos sean habituales y que incluso se den casos como el del siguiente vídeo en el que algunos ejemplares se acercan a unos kayacs en el Parque Nacional St. Lawrence Islands, sito en Canadá, para inspeccionarlos de cerca e interactuar tranquilamente con sus ocupantes: