No, no estáis soñando. El artista holandés Maarten Baas creó este surrealista reloj de pared para la exposición REAL TIME que tuvo lugar el año pasado en Milán. Sobra decir que el extraño artilugio no dispone de ingenio mecánico alguno. Ni falta que hace. Es el propio inventor quien, con infinita paciencia, borra y vuelve a dibujar las manecillas minuto tras minuto.
Lo que no se intuye en las imágenes es que la esfera translúcida no es de cristal, sino un LCD, y que no hay nadie dentro de la caja de madera. Mientras duró la muestra, la pantalla reprodujo una y otra vez un vídeo de 12 horas de duración grabado con anterioridad. Obviamente, ningún ser humano habría aguantado tanto tiempo metido en un cubículo de dimensiones tan reducidas
Este no fue el único cronómetro singular que se pudo contemplar en la exposición. A la misma e inclasificable categoría pertenecen otras 2 obras con las que Baas sorprendió a los visitantes: un extraño reloj cuyas manecillas son empujadas por las escobas de 2 barrenderos y otro de aspecto digital con un funcionamiento manual 100%. Los vídeos no tienen desperdicio:
Me encantan este tipo de cosas