En abril de 1981, ahora hace 30 años, la compañía Osborne Computer Corporation lanzó al mercado el microcomputador portátil Osborne 1, el primero de su categoría que se convirtió en un éxito comercial, alcanzándose en determinados momentos cifras de venta de más de 10.000 unidades mensuales. Disponía de un procesador Zilog Z80 a 4.0 MHz, 64 Kb de memoria, una pantalla monocroma CRT de 5 pulgadas, 2 disqueteras de 5¼ pulgadas, un puerto serie, otro paralelo IEEE-488, pesaba la friolera de 10,7 Kg y tenía un precio de 1.795 dólares.
Para promocionarlo, entre 1982 y 1985 la empresa matriz publicó una revista llamada The Portable Companion en la que se dedicaron a explicar las posibilidades del sistema, las ventajas que aportaba a sus propietarios y las tareas que permitía realizar. El concepto que se pretendía transmitir a los lectores era que se encontraban ante un sistema único y revolucionario.
En aquellos tiempos, los muyahidín afganeses, financiados convenientemente por Estados Unidos y Arabia Saudí, combatían a la antigua Unión Soviética, por lo que eran vistos con cierta indulgencia por parte de la opinión pública norteamericana. Tal circunstancia llevó a los editores de la revista a llevar a la portada de su primer número la fotografía que encabeza este artículo, en la que un grupo de guerrilleros armados hasta los dientes posan frente al ordenador y a sus pies aparece el titular The Revolutionary OSBORNE 1.
Años más tarde, tras los atentados del 11 de septiembre del 2001, los muyahidín, ya convertidos en talibanes, se convertirían en el enemigo público número 1 de la sociedad estadounidense y la imagen que os he traído hoy quedaría convenientemente guardada en el baúl de los recuerdos.