Tras casi 2 décadas de supremacía indiscutida en el terreno de los sistemas operativos, Microsoft se ha encontrado de repente con que la aparición de los tablets, unos dispositivos a medio camino entre los portátiles y los smartphones que han revolucionado la industria informática de arriba a abajo, puede convertirse en la mayor amenaza a la que se han enfrentado jamás.
Aunque a lo largo del 2011 se comercializaron 72,7 millones de unidades frente a los más de 350 millones de ordenadores convencionales, las predicciones de algunos analistas señalan que en los próximos 5 años las ventas de estos dispositivos van a experimentar un crecimiento explosivo hasta el punto de que en el 2017 superarán a las de PCs.
Eso no sería un problema para Microsoft si contara con un sistema operativo adaptado a las características específicas de estos aparatos, pero el problema es que hasta la fecha no lo tiene. Windows 7 es un software realmente bueno, pero no ha sido concebido para ser manejado a través de pantallas táctiles, y eso se nota.
La poca visión de futuro de la empresa de Redmond ha sido aprovechada por Apple y, en menor medida, por Google, que han sacado partido al vacío dejado por su mayor contricante para consolidar a iOS y Android como opciones primarias en los tablets tal y como ya lo hicieron anteriormente en los smartphones.
Ante tal tesitura, Microsoft decidió que el sustituto de Windows 7 sería un sistema operativo híbrido que funcionase indistintamente en PCs y en tablets y que podría ejecutar los mismos programas en ambas plataformas. Se trata de una opción rompedora y muy arriesgada que les ha llevado a introducir una serie de cambios radicales en la interfaz de usuario de Windows 8 como no se habían visto nunca antes en ninguna otra entrega de Windows.
De ahí que desde hace meses se esperara con gran expectación la Consumer Preview de Windows 8 que Microsoft presentó el miércoles por la tarde en el Mobile World Congress, puesto que es un producto pulido, estable y muy cercano a lo que será el software que se pondrá a la venta en octubre o noviembre de este año.
Una vez explicados los cambios y mejoras que incorpora respecto a la versión para desarrolladores que mostró en septiembre del año pasado, Microsoft facilitó un enlace de descarga gratuito para que cualquiera que así lo desease pudiera bajárselo y probarlo.
Pero, ¿hasta qué punto interesa Windows 8 a la gente? Bueno, pues parece que mucho, puesto que el gigante del software ha anunciado a través de una de sus cuentas en Twitter que en sólo 24 horas se han producido más de 1 millón de descargas. Es todavía pronto para saber si se convertirá en un éxito cuando se ponga a la venta y los fabricantes de PCs y de tablets lo instalen por defecto en los nuevos modelos que saquen al mercado, pero desde luego es un magnífico comienzo.