Aunque han mejorado mucho, los videojuegos actuales para smartphones aún no alcanzan las cotas de realismo de sus hermanos mayores para consolas o PC, pero eso no impide que sus gráficos sean ya lo suficientemente convincentes como para engañar a reptiles como este pequeño dragón barbudo, un lagarto originario de las regiones desérticas y semidesérticas de Australia, que al ver una procesión de hormigas circulando por la pantalla del smartphone que tenía frente a él ha intentado cazarlas una a una. Con poco éxito, claro está