El pasado 10 de noviembre, tan sólo 6 días después de que Kinect se pusiera a la venta, la empresa neoyorquina Adafruit Industries anunció que el hacker español Héctor Martín había creado los primeros drivers libres para Linux que permitían hacer uso de la cámara RGB y las funciones de profundidad del dispositivo de Microsoft.
Desde entonces, un gran número de programadores, ya sea a título individual o formando parte de grupos de trabajo en centros tan prestigiosos como el MIT, han comenzado a crear aplicaciones que permiten utilizarlo para algo más que para jugar. Sin ir más lejos, en el último mes han aparecido hacks que convierten a la persona que está frente a este gadget en un Jedi, que ofrecen la posibilidad de navegar por Internet al estilo Minority Report o con los que se puede tocar un piano virtual. Es sólo el principio.
Esta semana, sin ir más lejos, miembros del Institute for Creative Technologies de la Universidad del Sur de California han dado a conocer que han implementado una capa de software llamada Flexible Action and Articulated Skeleton Toolkit (FAAST) que facilita el control de videojuegos y aplicaciones mediante los movimientos del cuerpo en dispositivos como Kinect.
Y para demostrar el potencial de FAAST han creado una pequeña aplicación con la que se puede manejar el videojuego más popular del universo PC: World of Warcraft. Aunque se encuentra en una fase de desarrollo temprana y algunos de los movimientos que se deben hacer durante la partida parecen un poco forzados, ofrece unos resultados francamente llamativos: