Con la ayuda de un microcoscopio electrónico se pueden conseguir imágenes verdaderamente asombrosas de objetos diminutos. Ello es posible debido a que permiten realizar ampliaciones mucho más potentes que los mejores microscopios ópticos como consecuencia de que la longitud de onda de los electrones es aproximadamente 100.000 veces más corta que la de los fotones de la luz visible.
Buena muestra de ello es la imagen que encabeza este artículo. Es una micrografía (una imagen fotográfica de un objeto no visible a simple vista obtenida gracias a un instrumento óptico o electrónico) en la que aparece un minúsculo glóbulo rojo cuyo diámetro ronda los 7 µm situado sobre la punta de una aguja (las hay de sólo 1 µm de diámetro).
Señalar para acabar que la imagen ha sido coloreada digitalmente debido a que los microscopios electrónicos únicamente producen resultados en blanco y negro al no utilizar luz.
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