Este próximo viernes a las 20:59 UTC, la órbita de un asteroide de 2,7 kilómetros de longitud recubierto de partículas de hollín se cruzará con la que sigue la Tierra en su devenir alrededor del Sol. Si impactara con nosotros podría dar origen a un cataclismo que causara un periodo de extinciones masivas.
Afortunadamente para todos, los científicos coinciden en señalar que no existe peligro alguno: su trayectoria lo llevará a aproximarse en su punto más cercano a 5,8 millones de kilómetros de nuestro planeta (15 veces la distancia a la Luna) para a continuación pasar de largo.
El 1998 QE2, que es como se llama este cuerpo rocoso, fue descubierto hace 15 años por el LINEAR, un programa de localización y seguimiento de asteroides creado por la NASA, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y el Laboratorio Lincoln del MIT. Los astrónomos no se ponen de acuerdo en cuál fue el origen del mismo, aunque el material que lo recubre sugiere que podría haber formado parte de algún cometa que pasó muy cerca del Sol.
Unas dudas que puede que se resuelvan estos próximos días ya que, aprovechando su cercanía a la Tierra, será estudiado concienzudamente por el sistema internacional de antenas de radio que conforman la Red del Espacio Profundo y el radiotelescopio de Arecibo desde el día 30 hasta el próximo 9 de junio.
Cuando se sitúe a los referidos 5,6 millones de kilómetros de distancia, las potentes antenas que apuntarán hacia el mismo permitirán inspeccionar su superficie y discernir elementos de un tamaño de sólo 3,65 metros. Será una oportunidad única de obtener datos de este asteroide, ya que no volverá a acercarse a nosotros hasta el año 2119.