Estudiantes del departamento de física de la Universidad Brigham Young han creado un cupido microscópico mediante nanotubos de carbono. Para hacerse una idea más aproximada de su verdadero tamaño basta con señalar que los brazos de este dios de la mitología romana tienen una anchura equivalente a la de un cabello humano.
Cada uno de los nanotubos utilizados tiene un grosor de tan sólo 20 átomos, de manera que se han debido colocar aproximadamente 10.000 para dar forma a las extremidades. La estructura resultante es tan frágil que un simple suspiro de admiración por parte de alguien que se encuentrase observándola de cerca mediante un microscopio podría destruir el conjunto.