El 22 de septiembre del 2009, un día antes de que Mahmud Ahmadinejad pronunciara un esperado discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidos en Nueva York, el régimen iraní organizó una parada militar para conmemorar el aniversario del inicio de la guerra contra Irak que incluía un espectáculo aéreo en el que participaron diversas aeronaves del ejército del aire.
Era una jornada festiva en la que nada hacía presagiar que pudiera producirse un incidente, pero en un momento dado sucedió lo siguiente:
Un avión de combate supersónico Northrop F-5 y un Ilyushin Il-76 de fabricación soviética tuvieron una colisión en el aire y éste último acabó estrellándose contra el suelo, llevándose por delante la vida de sus 7 tripulantes.
La particularidad de este avión es que era el único equipado con un sistema de alerta temprana y control aerotransportado, o AWACS por sus siglas en inglés, del que disponía Irán. Propiedad del ejército iraquí, fue apresado en 1991 durante la Guerra del Golfo y actualizado con un sistema de radares más moderno, lo que no evitó que acabara convertido en chatarra tras este accidente. Cosas que pasan.
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