Este adolescente tailandés se sumerge hasta tal punto en la acción del videojuego que tiene ante sí que consigue aislarse por completo del resto de la gente que hay en ese momento en el salón recreativo y, por unos minutos, deja de ser un simple jugador que controla al personaje de Ghost Squad para fundirse con él y convertirse en el auténtico protagonista del título en cuestión. ¡Esto es inmersión!
El vídeo en su conjunto es muy bueno, pero en mi modesta opinión el momento cumbre llega alrededor de los 4 minutos y 30 segundos cuando utiliza el arma como si fuera un bazuka. Todo un fenómeno el chico