La nave espacial DART completó exitosamente su misión unos días atrás tras estrellarse contra el asteroide Dimorphos, un objeto de 170 metros de diámetro que forma parte de un sistema binario que podría ser potencialmente peligroso por su cercanía a la Tierra.
El objetivo de la NASA era comprobar si el impacto producía suficiente energía cinética como para desviar el curso del asteroide, algo que en el futuro podría ser de vital importancia en caso de descubrir un cuerpo celeste cuya órbita lo pudiese llevar a impactar contra nuestro planeta.
A tal efecto, DART colisionó con Dimorphos el 26 de septiembre a una velocidad de 6,6 Km/s (aproximadamente 23.760 Km/h), generando una energía de 11 gigajulios, equivalente a tres toneladas de TNT. Se estima que ello causó una reducción estimada de la velocidad orbital de este asteroide de entre 1,75 y 2,57 cm/s.
Aunque las cifras parecen muy pequeñas, se estima que un cambio de 2 cm/s en la órbita de un hipotético asteroide que se dirigiese hacia la Tierra sería suficiente como para cambiar su trayectoria y conseguir que no impactara contra nosotros si se aplicase unos 10 años antes de su supuesta llegada.
Antes de estrellarse contra Dimorphos, la sonda DART tuvo tiempo de realizar una última fotografía completa de su superficie. Se trata de la imagen que he colocado en la portada de este artículo. Fue tomada sólo dos segundos antes de la colisión, desde unos 12 kilómetros de altitud, y muestra una porción aproximada de 30 metros de la superficie del asteroide.
Como curiosidad, cabe destacar que un segundo más tarde DART realizó otra fotografía desde sólo 6 kilómetros de distancia, pero la transmisión de la misma fue interrumpida por la explosión que destruyó la nave espacial y todos los instrumentos que llevaba a bordo. Ello impidió que se pudiera completar la transferencia de la información, de manera que sólo nos llegó esta imagen parcial: