Lejos de disminuir, las polémicas en torno a la manera como funciona y se gestiona Twitter (o, como ha sido rebautizado ahora X) no hacen sino aumentar. La última se ha producido hace unas horas, cuando se ha sabido que este servicio ha ralentizado artificialmente la carga de los enlaces hacia servicios de la competencia como Facebook, Instagram, The New York Times, la agencia Reuters o Threads.
De acuerdo a la información que se ha hecho pública, esta dilatación intencionada del tiempo de carga de determinados sitios se ha prolongado durante más de una semana. Las webs afectadas tienen en común que, o ofrecen servicios que compiten con Twitter, o bien son plataformas de noticias que recientemente han publicado artículos críticos con la figura de Elon Musk.
Fruto de esta estrategia, cuando en el transcurso de los últimos días los usuarios de Twitter han pulsado sobre enlaces hacia los sitios afectados, se han encontrado con que, en algunas ocasiones, las páginas han tardado hasta 5 segundos en empezar a cargar. El objetivo poco disimulado de esta demora ha sido que las personas se cansasen de esperar, cerrasen los enlaces y disminuyese de esta manera el tráfico hacia esas webs.
No es la primera vez que Twitter adopta medidas poco éticas desde que Elon Musk asumió el control de la compañía. A finales del año pasado, por ejemplo, impidió durante unos días que sus usuarios publicasen enlaces hacia Instagram, Facebook y Mastodon aduciendo que ello era publicidad gratuita hacia servicios de la competencia.
Por si eso fuera poco, en el mes de abril desactivó brevemente la posibilidad de publicar respuestas, retwittear o pulsar en me gusta en mensajes que incluyesen enlaces hacia Substack, una plataforma que días antes había estrenado un servicio llamado Notes muy similar a Twitter.
FOTOGRAFÍA: JULIAN CHRIST