Desde principios de 2020 estamos experimentando una escasez global de chips que tiene su origen en la pandemia que nos ha tocado vivir, así como en la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Esta circunstancia ha provocado que sectores industriales tan diversos como la automoción, los fabricantes de consolas de videojuegos, de ordenadores o los de tarjetas gráficas se hayan visto afectados y no hayan podido hacer frente a la demanda que hay de sus productos.
Afortunadamente, tras más de dos años de crisis, la escasez de circuitos integrados está remitiendo poco a poco y empiezan a verse brotes verdes. Buen ejemplo de ello son las declaraciones que ha efectuado esta semana un representante de TSMC, la mayor empresa de fundición de semiconductores del mundo, que durante la presentación de los resultados financieros que han obtenido durante el último trimestre ha explicado que la disminución en las ventas de smartphones y ordenadores en los últimos meses ha provocado que, por primera vez en mucho tiempo, tengan exceso de inventario de algunos componentes.
Para hacernos una idea de la importancia que tiene esta multinacional taiwanesa, basta con señalar que fabrica los chips que equipan los productos de Apple, Qualcomm, Nvidia, AMD, MediaTek, Broadcom, HiSilicon o Xilinx. Incluso empresas con infraestructura propia como Intel o Texas Instruments recurren a los servicios de TSMC y externalizan parte de su producción debido a la superior tecnología que tiene.
TSMC ha matizado que la escasez de componentes va a seguir presente durante un tiempo en sectores fundamentales como el de la automoción o los centros de procesamiento de datos, ya que en ambos casos la demanda sigue superando a la oferta disponible. No se espera que la situación mejore ostensiblemente hasta que las nuevas fundiciones que se están construyendo en Tainan (Taiwán) y Arizona (Estados Unidos) entren en funcionamiento en 2024.