Mirad el teclado con atención: ¿os gusta su diseño retro, inspirado en el de las viejas máquinas de escribir, y su carcasa de aluminio? A mí no mucho, la verdad, pero si os hablo de él no es por su apariencia ni por el material con el que ha sido construido sino porque es, posiblemente, uno de los teclados más caros que existen: vale 1.200 dólares.
¿A qué es debido este disparatado precio? Pues no lo sé… seguro que algo especial debe tener, pero yo no lo acabo de ver