Unos bañistas de la ciudad rusa de Novosibirsk que disfrutaban de un cálido día veraniego mientras tomaban el sol en la orilla del río Obi se vieron sorprendidos el sábado por una repentina granizada que descargó con gran virulencia y dejó para el recuerdo estas espectaculares imágenes, más propias de una película apocalíptica que de un suceso real: