De los más de cuarenta millones de usuarios que tiene Spotify, sólo diez millones pagan una suscripción mensual. El resto accede gratuitamente a su gigantesco catálogo musical y a cambio escucha anuncios. Esta estrategia de ofrecer millones de canciones de manera gratuita a la gente que rehúsa abonar una cuota al mes ha causado un gran malestar entre la industria discográfica, que se queja de los escasos ingresos que se consiguen.
Spotify arguye que es el mejor método para amasar una gran base de usuarios y un primer paso para acabar convenciendo a una parte de los mismos de que es preferible pagar una suscripción y evitar los anuncios. Pero estos argumentos no convencen a los sellos musicales, que exigen mayores pagos a la que pasa por ser la primera plataforma de música por streaming del mundo.
Ha sido precisamente esta necesidad de obtener mayores ingresos de los usuarios que no están suscritos al servicio la que ha llevado a Spotify a anunciar que, a partir de ahora, va a introducir vídeos publicitarios que se sumarán a los ya habituales anuncios de audio y a los banners:
Las marcas que de ahora en adelante quieran publicitarse de esta manera podrán optar por comprar espacios de entre quince y veinte segundos que se mostrarán entre el final de una canción y el principio de la siguiente o bien podrán preparar vídeos destinados a smartphones y tablets que los usuarios deberán aceptar antes de que empiecen a reproducirse y que, como contraprestación, les otorgarán treinta minutos para escuchar música ininterrumpidamente sin anuncios.
Por lo pronto, Spotify ya ha conseguido clientes como Coca-Cola, McDonald’s, Ford, Kraft o Universal Pictures, que han confeccionado vídeos publicitarios que los no suscriptores verán próximamente. Con toda probabilidad, esta lista crecerá considerablemente en los próximos meses.