En un movimiento realmente llamativo que muchos en Internet llevaban años reclamando, Sony Pictures y Disney han unido fuerzas y esta semana han comenzado a ofrecer el visionado en plataformas de pago de películas que aún se encuentran en las salas de cine.
La medida pretende poner coto a la piratería ofreciendo a los internautas una nueva vía para acceder desde casa a los estrenos de Hollywood al mismo tiempo que estos se hallan en cartelera y restar valor a los torrents de baja calidad que circulan por la Red las semanas posteriores a que un film haga su debut en la gran pantalla.
La prueba piloto se está llevando a cabo en Corea del Sur y para la ocasión ambas productoras han puesto a disposición de sus clientes en el país asiático los largometrajes Django Desencadenado, Brave y ¡Rompe Ralph!. Es la primera vez que un gran estudio -no digamos ya 2 como en el caso que nos ocupa- de Estados Unidos pone en marcha un proyecto de tales características.
Ni una ni otra compañía han querido hacer públicos por el momento datos acerca de cómo está siendo la respuesta del público ni de la recaudación de más que están logrando. No parece aventurado pensar que si la experiencia es buena y sus ingresos aumentan de manera significativa, podrían plantearse exportar este modelo a otros países en los que las salas de cine se están quedando sin espectadores a marchas forzadas.
Es el caso por ejemplo de España, donde el pasado fin de semana las salas registraron la peor recaudación de su historia, con unos raquíticos 347.000 euros. Unos tristes resultados que fueron un 33% inferiores a los de la anterior peor marca (registrada hace 2 meses) y que ponen una vez de manifiesto la evidente decadencia que atraviesa un sector que hace 10 años recaudaba el doble que ahora.