La semana pasada, y sin previo aviso, muchas cadenas de distribución europeas bajaron sustancialmente el precio de la PlayStation 5. Tanto que empezaron a ofrecerla a precios que, en función del país, van desde los 475 a los 510 euros, cuando hasta entonces la vendían por 550 euros.
Tanto o más llamativo fue que Sony no hizo ningún anuncio oficial para promocionar la rebaja ni explicó el motivo detrás de esta medida. No ha sido hasta hace unas horas, una vez ha presentado su balance de resultados del trimestre anterior, que hemos sabido el porqué.
Resulta que las ventas de la PlayStation 5 son menores de lo esperadas. Tanto que Sony se ha visto obligada a revisar a la baja sus previsiones para este año fiscal desde los 25 millones de unidades que anunció en abril de 2023 hasta los 21 millones que recoge el informe que ha facilitado a la prensa hoy.
Unas cifras preocupantes para la PS5, que se lanzó hace poco más de tres años y debería estar atravesando su pico comercial, que en las consolas se sitúa normalmente entre los tres y los cincos años posteriores a su salida al mercado.
Por si eso fuera poco, la multinacional japonesa ha dado a conocer que, durante su próximo ejercicio fiscal, que irá desde el 1 de abril de 2024 al 31 de marzo de 2025, no lanzará ningún videojuego de sus franquicias más famosas.
Es decir, que al menos durante el próximo año, no saldrá ninguna nueva entrega de Uncharted, Ghost of Tsushima, God of War, The Last of Us o Gran Turismo. Una circunstancia que, no hace falta decirlo, no va a contribuir precisamente a que se recuperen las ventas de la PlayStation 5.
Veremos cómo lidia Sony con esta circunstancia y las medidas que toma para remediarlas, habida cuenta de que a corto y medio plazo no va a tener la oportunidad de atraer a nuevos consumidores a través de los títulos de sus sagas más populares.