Desde hace años las productoras de videojuegos vienen quejándose de que el mercado de compra-venta de juegos de segunda mano ya sea directamente entre usuarios particulares o con la ayuda de intermediarios como por ejemplo las tiendas Game les acarrea pérdidas económicas importantes.
No debe extrañar pues que en la industria lleven tiempo trabajando en mecanismos que limiten la funcionalidad de los títulos de segunda mano o que incluso, llegado el caso, los bloqueen por completo.
Sin ir más lejos, en las últimas horas se ha descubierto que Sony ha presentado una solicitud de patente ante la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos (USPTO) sobre una tecnología que permitiría asociar los videojuegos tanto con el identificador de la consola sobre la que se ejecutan como con la cuenta de usuario online de su propietario, de manera que más adelante se podría restringir su uso si se insertasen en otra consola con un perfil de usuario distinto.
Conviene remarcar, eso sí, que el hecho de que la compañía japonesa quiera hacerse con una patente como la descrita no implica obligatoriamente que en la PlayStation 4, cuyo lanzamiento podría producirse a finales de año, no se vayan a poder ejecutar videojuegos de segunda mano, entre otras cosas porque se desconoce el grado de desarrollo de esta tecnología y hasta qué punto está lo suficientemente madura como para utilizarla en un producto de consumo masivo como a buen seguro será la futura PS4.