La división de telefonía móvil de Sony lleva años registrando pérdidas multimillonarias debido a que no consigue poner en el mercado smartphones que atraigan a los consumidores y generen ventas significativas. Esta situación ha provocado que Kazuo Hirai, el CEO de la compañía, haya dejado entrever recientemente que no descarta deshacerse de este departamento y dejar de fabricar terminales móviles de una vez por todas si los resultados no mejoran.
Incapaz de ganar dinero con sus smartphones de la gama Xperia, Sony está consiguiendo paradójicamente grandes ingresos con las ventas de los smartphones más populares de sus competidores. La explicación a esta situación aparentemente contradictoria se encuentra en sus sensores para cámaras digitales.
Y es que Sony es el principal fabricante de este tipo de dispositivos, y su tecnología se encuentra en las cámaras de smartphones tan populares como el iPhone 6, el iPhone 6 Plus, el Samsung Galaxy S6, el Samsung Galaxy S6 Edge, el LG G4, el Huawei P8, el Moto X, el Xiaomi Mi 4 o el HTC One M9, por citar sólo algunos ejemplos.
Se estima que Sony gana aproximadamente 18 euros por cada iPhone 6 o iPhone 6 Plus que se vende. Pero, ¿cuántos smartphones comercializa Apple? Decenas y decenas de millones. Sin ir más lejos, la compañía de la manzana anunció el lunes que en el primer trimestre de 2015 ha vendido 61 millones de iPhones, a los que hay que añadir los 74,4 millones que vendió durante los últimos tres meses del año pasado.
Eso únicamente Apple. Si sumamos además las ventas que cosechan Samsung, LG, Huawei, Xiaomi, HTC o Motorola resulta fácil de deducir que Sony está ganando montañas de dinero gracias a los excelentes sensores de imagen que ha desarrollado.
De hecho, la demanda de estos sensores es tan alta que Sony anunció a principios de año que iba a acometer una inversión de 800 millones de euros para ampliar la capacidad de producción de las instalaciones en las que fabrica estos dispositivos y hace unos días volvió a referirse a este tema para indicar que destinará una partida adicional de otros 337 millones para poder hacer frente a los pedidos de sus clientes.