El 31 de octubre del 2013, Google lanzó el largamente esperado Nexus 5. El smartphone vino de la mano de Android 4.4 KitKat, una renovada versión del sistema operativo que trajo consigo, entre otras, mejoras en el rendimiento general del sistema, ligeros retoques en la interfaz de usuario, una mayor integración con Google Now y los servicios de almacenamiento en la nube, un identificador de llamadas entrantes inteligente o la inclusión de nuevos algoritmos de cifrado para incrementar la seguridad.
Han transcurrido 3 meses desde entonces y, en dicho periodo, Google sólo ha conseguido que KitKat esté presente en el 1,8% de los smartphones y tablets con Android. Así se recoge en la última actualización que la empresa californiana ha publicado en relación al uso y la distribución de Android.
Tal y como se puede apreciar en la imagen superior, Jelly Bean sigue siendo, con diferencia, la versión más utilizada. Si sumamos Android 4.1, 4.2 y 4.3 vemos cómo JB impulsa al 60,7% de los dispositivos móviles que hacen uso del sistema operativo de Google. A continuación se encuentran Android 2.3.x Gingerbread con una cuota del 20% y Android 4.0.x Ice Cream Sandwich con un 16,1%.
El 1,8% de KitKat supone un incremento de apenas un 0,4% respecto a los datos de enero y pone de manifiesto, una vez más, la lentitud con la que los fabricantes de teléfonos inteligentes y tablets actualizan sus dispositivos a la última versión disponible de Android. Eso, claro está, cuando lo hacen.
A día de hoy sólo la propia Google con la gama Nexus, el Moto X, el Moto G y el HTC One han sido actualizados a Android 4.4. Por su parte, Samsung, LG y Sony han confirmado que están trabajando en adaptar sus interfaces de usuario y apps a KitKat, pero no han especificado una fecha concreta en que lo pondrán a disposición de sus clientes.
La escasa penetración de KitKat contrasta de manera significativa con lo que sucede con iOS. De acuerdo a los datos facilitados por Apple, tan solo un mes después de que iOS 7 fuera lanzado en septiembre pasado, el 64% de los usuarios de iPhones, iPads y iPod Touch ya lo tenían instalado en sus dispositivos. Un porcentaje que no ha hecho sino crecer desde entonces hasta llegar al 80% actual.
Es evidente que el grado de adopción de las nuevas versiones de Android y iOS que salen al mercado es completamente diferente. Y continuará siéndolo durante mucho tiempo a no ser que Google consiga ejercer un mayor grado de control sobre las empresas que comercializan smartphones y tablets impulsados por su sistema operativo.