¿Qué harías si un día, caminando por la calle, vieses aproximarse un coche de Google Street View que está tomando imágenes para incorporarlas a Google Maps? ¿Posar? ¿Saludar a la cámara? ¿No darle la menor importancia y seguir como si nada? Pues bien, dos amigos de Edimburgo se encontraron ante esa tesitura y no se les ocurrió otra cosa que simular el asesinato de uno de ellos a mano del otro.
A tal efecto, uno se estiró sobre el suelo haciéndose pasar por muerto mientras que su inefable compañero cogió una piqueta y comenzó a mirar con cara pretendidamente sorprendida al vehículo de Google con la intención de que pareciese que lo habían atrapado en el momento exacto en que cometía un asesinato.
La broma no habría ido a mayores de no ser porque un alarmado usuario de Google Maps se topó casualmente con la imagen mientras utilizaba el servicio Street View para orientarse en el distrito municipal de Leith y avisó a la policía del brutal homicidio que creía haber hallado.
Ante la gravedad del supuesto incidente, los agentes empezaron a investigar lo acontecido y rápidamente descubrieron que el asesino y la víctima no eran más que dos mecánicos de la ciudad que trabajan en un taller automovilístico situado a escasos metros de donde se produjo el supuesto asesinato a los que se les ocurrió gastar esta peculiar inocentada.
Había transcurrido casi un año desde que la imagen se tomó, de manera que los dos protagonistas de la misma, Dan Thompson y Gary Kerr, habían pasado página pensando que alguien en Google la habría desechado y que finalmente no habría llegado a la base de datos de Street View.
De ahí que cuando un par de agentes se presentaron en su lugar de trabajo y empezaron a interrogarles con cara de pocos amigos se mostraron -eso dicen- primero sorprendidos y luego compungidos por la situación que habían creado. Para su fortuna, los oficiales fueron comprensivos y, una vez entendieron lo que había sucedido, procedieron a archivar el caso y la cosa no pasó a mayores.