En un sector que mueve tanto dinero como el de las nuevas tecnologías, con multinacionales que obtienen regularmente beneficios de más de 10.000 millones de euros anuales como Apple, Microsoft, Samsung o Google y en el que los ingenieros más cualificados obtienen sueldos que superan holgadamente los 100.000 euros al año, a veces los pequeños detalles son los que marcan las diferencias y los que pueden hacer que un empleado se decante por una oferta de trabajo en lugar de otra.
Gestos como el de Google, que desde el pasado ejercicio ha activado una cláusula en los contratos de todos y cada uno de sus más de 34.000 empleados, independientemente del cargo y responsabilidad que ejerzan, merced a la cual, en caso de que fallezcan, sus familias siguen cobrando la mitad de su salario durante los siguientes 10 años, pueden hacer uso inmediato de las acciones que tengan (esté limitado su cobro o no a una serie de años vista) y perciben 1.000 dólares mensuales por hijo hasta que estos cumplan 19 años (ó 23 en caso de que sean estudiantes a tiempo completo).
Unos beneficios que se suman a los que ofrecen en el día a día (como también hacen otras grandes empresas del mundillo) tales como servicios de restaurante, peluquería, atención médica, guardería, gimnasio, salas de masajes o actividades de ocio totalmente gratuitas en las fastuosas instalaciones de las que disponen en ciudades como Mountain View, Zurich, Tel Aviv o Tokio.