Michael Thomasson es un entusiasta de los videojuegos que desde hace más de 20 años ha ido recopilando miles de títulos y consolas de todos los géneros y épocas hasta conseguir la que según el Libro Guinness de los Récords es la mayor colección de este tipo que existe en el mundo.
Está compuesta por más de 11.000 videojuegos y hasta 108 plataformas de juego distintas, entre las que se encuentran, además de las consolas más populares de hoy en día, clásicos como la Atari 2600, la Colecovision o el Commodore 64 y perlas como la Pippin de Apple o la Virtual Boy de Nintendo.
Una colección que ha amasado comprando una media de dos videojuegos diarios y dedicando un presupuesto de 3.000 dólares anuales a la adquisición de más material, ya sea a través de eBay o directamente en mercadillos callejeros para conseguir los mejores precios posibles.
Pues bien, tras dos décadas de coleccionismo, Thomasson ha decidido deshacerse de su gigantesca colección y subastarla al mejor postor a través de Internet. El precio que ha marcado de inicio ha sido de sólo 1 dólar, aunque ya se han recibido ofertas de hasta 50.000 dólares.
Un cantidad aparentemente muy elevada pero que palidece ante el precio estimado que establecieron los expertos del Libro Guinness de los Récords que autentificaron la validez de la misma: entre 700.000 y 800.000 dólares.
Se hace difícil de pensar que pueda recibir una cuantía siquiera cercana a ésta, aunque de lo que no cabe la menor duda es de que, al ritmo que está yendo la puja y con la repercusión que su subasta está generando entre los medios de comunicación, recaudará una cifra ciertamente atractiva.