La semana de locos que se está viviendo en OpenAI, la empresa de referencia en el sector de la inteligencia artificial, está a punto de llegar a su fin. Después de que su consejo de administración despidiera por sorpresa el viernes pasado a su CEO, Sam Altman, y del consecuente escándalo que se formó, las aguas están volviendo a su cauce.
Hace unas horas, la compañía ha hecho público que ha llegado a un principio de acuerdo con Altman para que retome sus funciones como CEO. Junto a él, también va a volver Greg Brockman, que ejercía el cargo de presidente, pero que dimitió tras conocer la destitución de Altman.
La vuelta de ambos va a implicar el adiós de los miembros de la junta actual, a quienes se acusa de no haber valorado las graves consecuencias que podía acarrear el cese de su máximo ejecutivo y de haber puesto en peligro la existencia misma de OpenAI.
También el de Emmet Shear, uno de los cofundadores de Twitch, que fue contratado este mismo fin de semana para reemplazar a Altman y que habrá durado en su puesto apenas unos días, en uno de los episodios más estrambóticos que se recuerda entre cargos de esta relevancia.
El regreso de Sam Altman va a cerrar un capítulo propio de una tragicomedia griega. Su despido provocó un terremoto en la industria tecnológica, la indignación de Microsoft y la revuelta de la mayoría de trabajadores de OpenAI, que amenazaron con irse en caso de que el consejo no lo reinstituyera en su puesto.
Entre medias, Microsoft llegó a un acuerdo con Altman para ponerlo al frente de un nuevo departamento de inteligencia artificial que iba a crear a tal efecto y se ofreció a contratar a todos los empleados de OpenAI que no comulgasen con la decisión adoptada por su consejo.
Fuentes internas con conocimiento de lo sucedido han explicado que Microsoft y Altman realizaron ese anuncio para presionar a OpenAI, ya que ambas partes preferían que las cosas siguieran como lo habían hecho hasta ese momento.
Esto es, con Altman como máximo responsable del devenir de OpenAI y Microsoft como su máximo accionista, posición que ha conseguido después de invertir más de 10.000 millones de dólares en esta empresa durante el último año. Si no se produce un enésimo giro en los acontecimientos, todo hace indicar que el deseo de unos y otros se va a hacer realidad.
FOTOGRAFÍA: TECHCRUNCH