El estudio de desarrollo Arkane Austin ha anunciado que la versión de Redfall para la Xbox Series X/S no va a disponer de un modo de rendimiento de 60 FPS cuando se lance el 2 de mayo. La única opción disponible será el modo de calidad, que funcionará en 4K a 30FPS en la Xbox Series X y en 1440p a 30 FPS en la Xbox Series S.
Se trata, qué duda cabe, de una pésima noticia para las personas que tengan la intención de jugar a Redfall. La falta de un modo de rendimiento es siempre algo negativo en cualquier circunstancia, pero es especialmente pernicioso en un shooter en primera persona en el que es esencial que la acción sea lo más fluida posible.
Arkane ha indicado de manera escueta que el modo de rendimiento de 60 FPS llegará más adelante, en una fecha todavía por definir, a través de una actualización. Una explicación que no ha satisfecho a casi nadie y que ha provocado que muchas voces comiencen a sugerir que Redfall debería retrasarse unos meses para que sus desarrolladores puedan implementar una característica tan esencial como ésta.
Lamentablemente, eso es algo que no va a suceder a estas alturas. Falta menos de un mes para su estreno y posponer su lanzamiento supondría un desastre económico que, estoy convencido, ni Arkane, ni Bethesda, ni Microsoft están dispuestas a asumir.
Pero el daño a nivel de imagen ya está hecho. De nada sirve que Microsoft invierta miles de millones comprando gigantes de la industria como Bethesda o Activision Blizzard si después no les otorga el tiempo necesario para implementar aspectos básicos como un modo de rendimiento en un shooter en primera persona.
Lanzar un juego estratégico para la marca Xbox como sin duda es Redfall a medio terminar es una pésima decisión que, mucho me temo, va a dañar las ventas de sus consolas y va a contribuir a que consumidores que en otras circunstancias hubieran comprado una Xbox Series X/S se decanten finalmente por la PlayStation 5 o la Switch.