Windows Phone 8 se ha consolidado en el último año como el tercer sistema operativo más utilizado en smartphones y tablets tras superar a una BlackBerry en horas bajas. La plataforma ha experimentado un crecimiento destacable, pasando de representar únicamente el 2,3% de las ventas mundiales en el 2012 al 3,6% actual.
Pero aunque esas no dejan de ser buenas noticias para Microsoft, no lo es tanto que un año y medio después de su lanzamiento sólo Nokia se haya comprometido con este proyecto. A pesar de los esfuerzos del gigante estadounidense, nadie más ha lanzado un catálogo de terminales innovadores y con diseños originales para WP que cubran todas las gamas y categorías que demanda el mercado.
No debe sorprender pues que en la actualidad 9 de cada 10 móviles con Windows Phone que se venden lleven el logotipo de la compañía finlandesa. Esta situación no interesa lo más mínimo a Microsoft, que para asegurarse una presencia destacada en el terreno de los dispositivos móviles necesita que otras empresas apuesten por Windows Phone.
¿Cómo hacerlo? Pues una buena manera es, cómo no, con dinero. Con montañas de dinero, para ser más preciso. Y eso es lo que parece que va a hacer el gigante de Redmond: subvencionar a otros fabricantes para que dejen de centrarse únicamente en Android y creen también terminales para Windows Phone.
Según se ha filtrado en las últimas horas, Samsung podría recibir hasta 1.200 millones de dólares durante el 2014 a cambio de lanzar smartphones para el sistema operativo de Microsoft. El acuerdo con Huawei se habría cerrado en 600 millones de dólares, a Sony se le pagarían 500 millones y otros 300 se destinarían a fabricantes más pequeños.
En total, la inversión alcanzaría los 2.600 millones de dólares, que se dice pronto. ¿Servirán estos incentivos para mejorar sustancialmente el atractivo y variedad del catálogo de smartphones de Windows Phone e impulsar sus ventas entre consumidores que en otras circunstancias habrían optado por terminales con Android?
El tiempo lo dirá pero, de entrada, y con todas las reservas que genera una operación como ésta que Microsoft se ha negado a confirmar, no parecería una mala apuesta dadas las circunstancias y la posición de Windows Phone en un mercado que dominan a placer por Android y iOS. Veremos qué acaba sucediendo.