La nueva gama de iPhones que se van a vender este año está compuesta por el iPhone 14, el iPhone 14 Plus, el iPhone 14 Pro y el iPhone 14 Pro Max. Ello implica que, a diferencia de lo que había venido sucediendo en los últimos tiempos, en esta ocasión no hay una versión Mini. La cuestión es: ¿por qué Apple no ha diseñado un smartphone de estas características?
El motivo es sencillo: las cifras de ventas de los teléfonos móviles más pequeños se sitúan muy por debajo de las que obtienen los que poseen pantallas de mayor tamaño. Basta echar un vistazo al catálogo de terminales que comercializan el resto de marcas para comprobar que, generalmente, los modelos más compactos brillan por su ausencia.
El iPhone 12 Mini, por ejemplo, apenas si representó el 6% de las ventas de toda la gama del iPhone 12. Unos resultados que obligaron a Apple a disminuir unos meses más tarde la producción de este modelo y dedicar esas líneas de ensamblaje al iPhone 12 Pro, que estaba teniendo una acogida mucho mejor entre los consumidores.
Peor aún le han ido las cosas al iPhone 13 Mini, que de acuerdo a las informaciones que se han ido filtrando recientemente, ha contribuido únicamente con el 3% de las ventas totales del iPhone 13. Unos números decepcionantes que, muy probablemente, hayan acabado de convencer a Apple de la no idoneidad de lanzar un iPhone 14 Mini.
Aunque los aficionados a este tipo de smartphones esgriman que presentan ventajas inherentes a sus reducidas dimensiones, tales como que el hecho de que se pueden utilizar con mayor facilidad con una sola mano o que pesan menos, la realidad es que los fabricantes no darán marcha atrás y volverán a comercializar modelos pequeños mientras las ventas no acompañen.