«¡Socorro! ¡Socorro! ¡Socorro!». Fueron los desesperados gritos de auxilio que escuchó un vecino de Estocolmo procedentes de un piso situado a escasos metros de donde se encontraba cuando volvía caminando a casa. Unos segundos después, una atronadora ráfaga de disparos acabaron con los chillidos.
Horrorizado ante lo que acababa de oír, el transeúnte llamó de inmediato a la policía local y pidió que una patrulla se personara rápidamente en la zona para tratar de poner freno a la matanza que parecía estar aconteciendo en el inmueble.
Unos minutos después, una unidad compuesta por 10 agentes acudieron a la llamada de ayuda y entraron sin contemplaciones en la vivienda. Para su sorpresa, lo que hallaron no fue una retahíla de cadáveres mutilados por un perturbado, sino un grupo de adolescentes pasándoselo en grande mientras jugaban al Call of Duty.
Acto seguido obligaron a los chavales a salir del piso, lo inspeccionaron para asegurarse de que no había ningún material o artefacto que pudiera poner en peligro su integridad o la del resto de vecinos y les urgieron a que les explicaran qué demonios estaba pasando y a qué venían los gritos que habían espantado al viandante.
Una vez les aclararon que estaban echando una partida al CoD y que simplemente se habían «emocionado» más de la cuenta en el transcurso de la misma, los policías se dieron por satisfechos, los dejaron marchar y volvieron al cuartel. En fin, cosas que pasan