Nokia ha confirmado que el 808 PureView, el móvil que sorprendió a propios y extraños con su cámara de 41 megapíxeles cuando fue presentado en la edición del Mobile World Congress del año pasado, ha sido el último modelo que va a lanzar al mercado equipado con el sistema operativo Symbian.
Una decisión llamativa pero a la vez esperada que se ha dado a conocer tras publicarse los resultados financieros del último trimestre del 2012, en el que Nokia ha mejorado los pronósticos realizados por los analistas y ha obtenido unos ingresos de 10.550 millones de dólares y unas ganancias de 585 millones de dólares.
En el referido periodo, el gigante nórdico ha vendido sólo 2,2 millones de terminales con Symbian, justo la mitad de los 4,4 millones de unidades que ha conseguido distribuir de su gama Lumia impulsada por Windows Phone. Como viene siendo habitual desde hace años, los mejores números los ha obtenido gracias a los móviles de gama baja con Asha destinados a los mercados emergentes, que han sumado unas ventas de 9,3 millones de unidades.
Con esta decisión se pone fin a una vinculación que se ha extendido más de una década, la más gloriosa de la historia de la multinacional finlandesa, durante la cual han aparecido decenas de terminales todavía hoy recordados como es el caso del Nokia 9210, el Nokia 9300, el Nokia 9300i, el Nokia N8, el Nokia 5800 XpressMusic o el N95.
A partir de este momento la compañía dirigida por Stephen Elop se va a poner en manos de Microsoft y de su sistema operativo Windows Phone, que va a impulsar el 100% de los smartphones de gama media y alta que lance de ahora en adelante. Una apuesta arriesgada de cuyo incierto resultado va a depender el futuro de la compañía.