Cuando apenas faltan 11 días para que Xbox 360 sea lanzada en Estados Unidos, Reggie Fils-Aime, vicepresidente ejecutivo de ventas y márketing de Nintendo ha afirmado que Revolution será la consola de nueva generación más barata del mercado.
Se trata de la misma estrategia que Nintendo siguió con GameCube desde que el momento en que fue presentada en el 2001. Una decisión que, dicho sea de paso, no parece haber dado muy buenos frutos, por cuanto se trata de la consola menos vendida del mercado, lejos de Xbox y a años luz de PlayStation 2.
En Nintendo son conscientes del fracaso comercial que ha supuesto GameCube y se muestran convencidos que no se volverá a repetir con Revolution. En este sentido, Fils-Aime ha realizado unas declaraciones a la CNN en las que afirma que «tenemos que asegurarnos que los títulos que lancemos durante los 6 primeros meses de Revolution sean potentes y hagan crecer las ventas. También tenemos que conseguir que la consola resulte visualmente atractiva. Asimismo, debemos lograr que sus prestaciones se adecúen a las necesidades de los consumidores».
Para conseguirlo, la empresa japonesa tiene la intención de crear una consola que pueda llegar al gran público y no únicamente a los más pequeños de la casa, como ha sucedido mayoritariamente con GameCube. Así, Revolution podrá reproducir películas en formato DVD y contará con un amplio catálogo de videojuegos dirigidos a una audiencia de mayor edad que hasta ahora.
En el lado negativo de la balanza, Fils-Aime ha confirmado que no soportará la tecnología High-Definition Video, ya que eso supondría elevar el precio final del producto y no repercutiría, siempre según la opinión del directivo de Nintendo, en una mejor experiencia jugable para los poseedores de la consola.