El Moto G es un smartphone estratégico para Motorola. No es tan potente como el Moto X, ni tan barato como el Moto E, pero la combinación que ofrece de sólidas prestaciones, buen diseño y asequible precio lo han convertido en el terminal más vendido de la compañía estadounidense.
La nueva generación del Moto G que se ha presentado hoy aspira a igualar o incluso superar el éxito que ha cosechado, y sigue cosechando, su predecesor. Razones no le faltan: dispone de una pantalla de 5 pulgadas con una resolución de 1280 x 720 píxeles, un procesador Snapdragon de cuatro núcleos que rinde a 1,2 GHz, un chip gráfico Adreno 305 y 1 GB de memoria RAM.
El sistema operativo que equipa es Android 4.4.4 KitKat y, tal y como sucede con el resto de modelos que está lanzando Motorola en los últimos tiempos, se ofrece sin añadidos extras que puedan ralentizar su funcionamiento. Además, la empresa se ha comprometido a que, una vez Google lance Android L, pondrá a disposición de sus clientes la actualización correspondiente tan pronto como le sea posible.
En cuanto al almacenamiento, se van a vender dos variantes de 8 y 16 GB. La capacidad de la batería ha sido aumentada hasta los 2070 mAh y la óptica de la cámara trasera, uno de los puntos flojos de la generación anterior, ha sido mejorada y ahora permite realizar fotografías de hasta 8 megapíxeles. La cámara frontal, mientras tanto, es de 2 megapíxeles.
Conviene señalar además que el nuevo Moto G incorpora una ranura para tarjetas microSD de hasta 32 GB. El único aspecto negativo en su hoja de especificaciones es que, a diferencia del modelo que se lanzó el año pasado, no hay variante con soporte para la tecnología 4G.
En cuanto a sus dimensiones, mide 141,5 x 70,7 x 10,99 milímetros y pesa 149 gramos. El nuevo Moto G se va a poner a la venta hoy mismo en Estados Unidos, Reino Unido, España, Francia, Brasil y Alemania a un precio de 179,99 euros. Antes de que acabe el año llegará al resto de mercados importantes.