Windows 7 ha sido uno de los sistemas operativos más populares que ha creado jamás Microsoft. Lanzado en octubre de 2009 tras la debacle que supuso Windows Vista, corrigió muchos de los errores que plagaron a su predecesor a nivel de diseño, interfaz de usuario, funcionalidad y facilidad de uso.
Paradójicamente, su éxito se acabó convirtiendo en un dolor de cabeza para Microsoft, puesto que muchas personas no vieron la necesidad de actualizarlo cuando aparecieron versiones posteriores de este sistema operativo, como Windows 10 o Windows 11.
Microsoft trató de corregir esta tendencia ofreciendo durante años actualizaciones gratuitas a Windows 10 y 11 a todas las personas que tuvieran instalado Windows 7. La estrategia funcionó y, poco a poco, esta versión fue perdiendo usuarios en favor de iteraciones más modernas del sistema operativo.
Así las cosas, en mayo de 2016 Microsoft consideró que ya había conseguido su propósito y dejó de permitir las actualizaciones gratuitas. Al menos, oficialmente, puesto que, en realidad, los códigos de activación de Windows 7 han seguido funcionando en Windows 10 y 11, de manera que mucha gente los ha utilizado para pasar de un sistema a otro sin problemas y sin abonar un céntimo.
Hasta ahora. Y es que, tras años haciendo la vista gorda ante esta estrategia, Microsoft ha decidido actuar y esta semana la ha bloqueado para siempre. Como consecuencia, a día de hoy sí que podemos decir que, por primera vez, ya no es posible pasar de Windows 7 a Windows 10 u 11 de manera gratuita.