Son muchas las empresas tecnológicas que, en el transcurso de los últimos meses, han incrementado considerablemente el precio de sus productos para compensar el aumento en los costes de fabricación, la elevada inflación o la debilidad del euro respecto al dólar.
Apple, por ejemplo, ha subido el precio de los iPhone, iPad y MacBook significativamente; Sony ha hecho lo propio con la PlayStation 5; las nuevas tarjetas gráficas RTX 4090 y RTX 4080 de Nvidia son más caras que nunca; incluso el visor de realidad virtual Meta Quest 2 cuesta más ahora que dos años atrás cuando se lanzó.
Phil Spencer, responsable de la división de videojuegos de Microsoft, ha sido requerido acerca de este tema en una entrevista concedida al Wall Street Journal. Su respuesta ha sido intencionadamente ambigua, pero al mismo tiempo lo suficientemente reveladora como para hacerse una idea de los planes que tiene la compañía estadounidense en torno a la Xbox Series X/S y los servicios que ofrecen en la misma.
Spencer ha recordado que, hasta la fecha, han mantenido estable el precio de sus consolas, videojuegos y del servicio de suscripción Game Pass, pero a continuación ha señalado que no cree que puedan seguir haciéndolo eternamente. En algún momento, ha comentado, se van a ver obligados a incrementar el precio de determinados productos, aunque ha querido dejar claro que estas subidas, de producirse, no llegarán hasta después de las navidades.
A lo largo de la charla, el ejecutivo estadounidense también ha comentado que Game Pass ya es rentable y supone alrededor del 15% de los ingresos totales de la plataforma Xbox. Así mismo, ha indicado que su ritmo de crecimiento se ha reducido en consolas pero que, en cambio, está aumentando en PC, donde cada vez es utilizado por más aficionados a los videojuegos.