El miércoles pasado, el organismo regulador de la competencia del Reino Unido bloqueó la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft señalando que podía alterar el futuro del mercado de los videojuegos en la nube y reducir las posibilidades de elección de los jugadores británicos.
Además de dar a conocer su decisión, publicó un extenso documento de más de 400 páginas con la información que ha recopilado durante los meses que se ha alargado la investigación y en el que se ha apoyado para determinar su postura. El texto contiene detalles reveladores acerca del funcionamiento de la industria y, específicamente, de las inversiones masivas que deben realizar los estudios cuando se embarcan en el diseño de un juego actual.
De acuerdo a este informe, los videojuegos de gran presupuesto (conocidos comúnmente como AAA) tienen un coste de desarrollo de entre 200 y 300 millones de dólares. A estas cantidades, ya de por sí enormes, hay que sumar los gastos asociados a su promoción, con campañas publicitarias multimillonarias que pueden elevar el importe final por encima de los 1.000 millones de dólares. Es el caso, por ejemplo, de cada nueva entrega de Call of Duty que se lanza año tras año.
Uno de los estudios consultados señala que los costes asociados puramente al diseño de los juegos de una conocida franquicia pueden llegar a superar los 650 millones de dólares, a los que hay que unir inversiones de más de 500 millones adicionales en publicidad. Aunque no se nombra el nombre de la serie en cuestión, asumo que se refiere a Grand Theft Auto o bien a Red Dead Redemption.
Las cantidades que se manejan hoy en día superan con mucho a las de hace sólo cinco años, cuando los presupuestos de los juegos AAA se situaba entre los 100 y los 150 millones de dólares.
De hecho, en el texto se indica que la cantidad de contenidos que incluyen estos juegos lleva a que, en ocasiones, su desarrollo no pueda ser completado únicamente por un estudio y se deban contratar los servicios de empresas externas para poder terminarlos a tiempo. Es el caso de Activision, que es citada en el informe señalando que cada vez necesitan más ayuda de otros estudios para poder lanzar un nuevo Call of Duty cada año.