El profesor adjunto del departamento de biología de la Universidad de Duke Manuel Leal, junto con el estudiante de postgrado del mismo centro académico Brian Powell, han constatado que los lagartos del género Anolis evermanni, nativos de América Central y del Sur, son capaces de resolver problemas sencillos para conseguir alimento.
Un descubrimiento que ha llegado después de capturar a 6 ejemplares e introducirlos en un pequeño recinto en el que habían colocado previamente una plataforma con 2 agujeros tapados con sendos discos, uno de un único color y otro estampado.
El interior del primero lo fueron llenando repetidamente de comida, mientras que el segundo lo dejaban siempre vacío. Poco tiempo después, comprobaron cómo los reptiles aprendieron dónde se ocultaba la merienda y que debían retirar la tapa para acceder a la misma:
Si os soy sincero, nunca hubiera dicho que un lagarto fuera capaz de hacer algo así 
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