Cuando el 19 de enero de este año el FBI cerró Megaupload y solicitó a las autoridades de Nueva Zelanda el arresto de sus propietarios, la industria cinematógrafica se mostró eufórica ante lo que consideraba que significaba el principio del fin para un portal desde el que cada día multitud de internautas se bajaban millones de copias de películas, series, documentales y espacios televisivos.
Sus directivos sostenían desde hacía años que tanto Megaupload como otros servicios de descarga similares les causaban pérdidas millonarias debido a que, desde su punto de vista, millones de personas que en condiciones normales hubiesen acudido a los cines o hubieran comprado Blu-ray o DVD no lo hacían al tener la posibilidad de acceder a esos mismos contenidos de manera gratuita a través de estos servicios.
Pero ahora un estudio llevado a cabo por dos investigadores de la Universidad de Múnich y la Escuela de Negocios de Copenhague no sólo pone en duda los postulados que desde los tiempos de Napster han venido haciendo públicos discográficas y estudios de cine sino que directamente concluye que con el cierre de Megaupload los ingresos en las salas han disminuido.
En el informe se han analizado las cifras de recaudación de 1.344 películas en 49 países durante un periodo de 5 años y de los datos se desprende que a partir del mes de enero del 2012 la venta de entradas ha bajado en conjunto.
Conviene señalar, eso sí, que el comportamiento que han experimentado los grandes estrenos y las películas de bajo o medio presupuesto ha sido dispar. Mientras los primeros han obtenido unos resultados en taquilla ligeramente mejores que el año pasado, las segundas han perdido espectadores.
La explicación cabe buscarla, según los autores del estudio, en que el extensísimo catálogo de películas -muchas de ellas poco conocidas- disponibles en los servidores de MU propiciaba que personas que en condiciones normales no hubieran visto dichos largometrajes comentasen a sus allegados los tesoros que habían descubierto y les recomendasen su visionado, ya fuera descargándoselos, acudiendo a las salas de cine o comprando los correspondientes DVD/Blu-ray.
Con el cierre de Megaupload este boca a boca se ha perdido y, al parecer, los grandes perjudicados han sido los estudios independientes que no disponen de millones de euros para publicitar sus trabajos y que se han quedado sin la promoción gratuita que estos portales les proporcionaban.