Desde que a finales del mes pasado Google presentara su tablet Nexus 7 y anunciara que lo iba a comercializar a un ajustadísimo precio de 199 dólares, la cuestión que mucha gente se planteó de inmediato fue si la multinacional estadounidense iba a conseguir ganar algo de dinero, aunque fuera muy poco, con cada unidad vendida o de si, directamente, iba a obtener unas pérdidas controladas que compensaría ampliando aún más si cabe la base de usuarios de sus aplicaciones online.
Unas dudas que iSuppli, una empresa californiana que se dedica al análisis de mercados, ha pretendido resolver con un informe en el que detalla lo que cuestan los componentes de este producto. Para elaborarlo sus técnicos han desmontado un Google Nexus 7, han extraído una a una todas sus piezas y han estudiado a cuánto las venden los grandes fabricantes a empresas que realizan pedidos enormes.
La conclusión a la que han llegado es que el modelo de 8 GB tiene un coste de 151,75 dólares (124 euros al cambio actual), mientras que el de 16 GB, que se venderá por 249 dólares, le supone al buscador estadounidense un desembolso de 159,25 dólares (130 euros). ¿Quiero esto decir que Google va a ganar entre 50 y 100 dólares con cada unidad vendida? Obviamente no.
A los poco más de 150 dólares de los componentes hay que sumar los costes de la mano de obra que ensambla y empaqueta los tablets en China, el transporte, la inversión en la campaña publicitaria que se va a poner en marcha para darlo a conocer a los consumidores, los gastos asociados al I+D que ha dedicado Google para la concepción y diseño del producto y, por supuesto, restar el porcentaje que se quedarán las grandes cadenas comerciales que lo vendan.