Los ordenadores de sobremesa y portátiles incorporan desde hace años discos duros de cientos de gigabytes para almacenar cuanta información sea necesaria, pero en los smartphones y tablets, por las restricciones lógicas que impone su reducido tamaño, la situación dista mucho de ser la misma.
De ahí que resulten de mucha utilidad las medidas de ahorro de espacio que Microsoft ha anunciado que incorpora Windows 10, y que permiten liberar hasta 1,5 GB de datos en las instalaciones de 32 bits y hasta 2,6 GB en las de 64 bits.
Para lograr este objetivo, Windows 10 hace uso de algoritmos de compresión de archivos y, además, introduce mejoras en el software de recuperación de datos que permiten que no sea necesario reservar espacio para alojar copias de seguridad de la imagen del sistema que, en casos extremos, pueden llegar a ocupar hasta 12 GB.
Estos algoritmos de compresión funcionan en cualquier plataforma en la que se instale Windows 10, sea ésta un ordenador convencional, un smartphone o un tablet y permiten que los usuarios destinen ese espacio extra a almacenar fotografías, vídeos, música o documentos.
Para garantizar que los ficheros comprimidos no afecten negativamente el rendimiento del sistema, esta funcionalidad sólo se pone en marcha para liberar espacio en aquellos dispositivos que dispongan de unas especificaciones determinadas.
¿Cuáles son éstas? Desafortunadamente, Microsoft no ha querido indicar qué tipo de CPU ni la cantidad de memoria RAM que se precisan y se ha limitado a señalar que durante el proceso de instalación se determina de manera automática si el equipo en cuestión es apto o no.