La irrupción de los tablets, unos dispositivos de los que el gran público no sabía nada hasta que hace algo menos de 2 años Apple lanzó la primera generación del iPad, está provocando que los sitios tecnológicos, y los que no lo son también, hablen y no paren sobre los cada vez más numerosos modelos que rápidamente están inundando el mercado, de sus posibilidades, de sus virtudes y, porqué no decirlo, también de sus defectos y limitaciones.
Hay quien considera que la atención que se les presta es excesiva, dado que, aun siendo unos productos exitosos, sus ventas todavía están lejos de las que tienen los PCs. Si repasamos los números que se han registrado en el último año vemos que, efectivamente, se han comercializado 72,7 millones de tablets en todo el mundo, mientras que en ese mismo periodo las ventas de ordenadores convencionales han ascendido a 352,8 millones de unidades, por lo que puede que no les falte cierta razón a quienes se quejan.
A cinco años vista, eso sí, las previsiones de los analistas indican que los tablets van a experimentar un crecimiento explosivo, tal y como de hecho han venido teniendo desde que en abril del 2010 apareciera el iPad original. Según NPD, en el 2017 los consumidores compraremos 383,3 millones de estos gadgets, una cifra que, a no ser que los fabricantes de ordenadores consigan revitalizar el interés por sus productos, podría significar que por primera vez se despachen más tablets que PCs.
Otro dato que conviene destacar es que en 5 años los mercados emergentes, con China, India, Brasil y Rusia a la cabeza, serán los responsables del 46% de las ventas globales de tablets, un porcentaje muy superior al 36% actual y que prácticamente igualará el registro de Europa, Norteamérica y Japón.