La SGAE ha dado a conocer sus altas en 2005. Según la sociedad, 3.910 despistados se han integrado en la organización, la inmensa mayoría (si no todos ellos) como convidados de piedra en las tomas de decisiones y en el reparto de beneficios. No dirán que no se les ha advertido debidamente.
Manuel M. Almeida analiza en Mangas Verdes la realidad de los números que maneja la nunca suficientemente valorada SGAE.