Tras muchas idas y venidas, parece que Microsoft ha convencido finalmente al regulador de la competencia de la Unión Europea para que dé su visto bueno a la multimillonaria adquisición de Activision Blizzard, que hace unas semanas parecía condenada al fracaso debido a las dudas que este organismo había expresado al respecto.
El acuerdo de 10 años de duración al que llegaron Microsoft y Nintendo hace unas semanas, en el que se estipula que las futuras entregas de Call of Duty saldrán al mismo tiempo en las consolas de ambas compañías, es el factor que, al parecer, habría convencido al ente europeo.
Según informan fuentes conocedoras de la situación, en este cambio de postura también habría influido la entente que alcanzaron a finales de febrero Microsoft y Nvidia para que los juegos de Xbox, incluido Call of Duty, estén disponibles durante la próxima década en el servicio de juegos en la nube GeForce Now.
Además, en los últimos meses, el gigante estadounidense también ha ofrecido un acuerdo similar a Sony, en el que se compromete a lanzar Call of Duty en la PlayStation 5 el mismo día y con las mismas características y contenidos que en la Xbox Series X/S.
Pero a diferencia de lo que ha sucedido en los otros dos casos, la empresa japonesa no ha aceptado la propuesta ya que, en su opinión, la compra de Activision Blizzard podría desembocar en una situación de indefensión al tener una de las partes el control sobre una de las franquicias más importantes del sector de los videojuegos.
Sea como fuere, está previsto que la Comisión Europea dé a conocer la decisión que ha tomado respecto a esta adquisición el 25 de abril. De confirmarse su postura actual, a Microsoft sólo le faltaría por convencer a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, que a finales del año pasado se posicionó claramente en contra de la compra tras solicitar formalmente a un juez que bloquease la operación.