La Comisión Europea ha publicado una evaluación con las vías para conseguir la neutralidad climática en 2050. Esto es, que las emisiones de dióxido de carbono netas sean iguales a las que se retiren de la atmósfera comprando créditos de carbono o plantando árboles.
En el informe se establece que los países miembros de la Unión Europea deben reducir los gases de efecto invernadero en un 90% en el año 2040 en comparación con los niveles que había en 1990. El informe establece políticas para asegurar la competitividad de la industria y el campo europeo durante esa franja de tiempo.
Bruselas considera que la aprobación de un plan estratégico en torno a este objetivo climático ayudará a que los ciudadanos, gobiernos y empresas puedan tomar decisiones a largo plazo basadas en unos objetivos claros. Ello, indica, contribuirá a configurar una sociedad próspera y un sistema energético que atraiga inversiones y genere puestos de trabajo estables.
El texto considera que la descarbonización también contribuirá a aumentar la resistencia de la Unión Europea ante futuras crisis globales, ya que reforzará su independencia energética frente a las importaciones de combustibles fósiles, que actualmente suponen un gasto que equivale al 4% de su PIB.
El ente europeo señala que los daños generados por los efectos del cambio climático están siendo muy severos, hasta el punto de que, en los últimos cinco años, han supuesto unos costes de 170.000 millones de euros. Así mismo, concluye que, incluso en los escenarios más conservadores, no tomar medidas para reducir el calentamiento global podría reducir el PIB de los 27 países que forman parte de la Unión Europea en torno a un 7% a finales de siglo.
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