Desgraciadamente, y como ya sucediera en los Estados Unidos tras el 11-S, una de las consecuencias que va a tener la masacre terrorista perpetrada en Londres la semana pasada será la restricción de las libertades individuales en toda la Unión Europea. Y es que los ministros de Justicia e Interior comunitarios han acordado poner en marcha un plan para guardar los datos de las comunicaciones que se realicen en el continente.
A partir de octubre, y si todo va según la planificación que han realizado, las grandes compañías de telecomunicaciones tendrán la obligación de retener los datos de las comunicaciones telefónicas y de los correos electrónicos que se lleven a cabo en los países que conforman la Unión Europea.
El Reino Unido es el principal valedor de esta postura, que ha sido respaldada especialmente por los gobiernos de Francia, España, Alemania y Luxemburgo. Los políticos, eso sí, se han apresurado a asegurar que «únicamente» se guardarán los datos que hagan referencia a los usuarios que establecen una comunicación, el lugar donde esta se realiza y el medio utilizado, dejando al margen el contenido de la misma.
Lo que no han explicado es si ayudarán a las empresas de telecomunicaciones a afrontar el enorme gasto que supondrá esta medida. Tampoco han dado detalles sobre qué utilidad tendrán las montañas y montañas de información que acumularán si se tiene en cuenta que en la actualidad no existen máquinas con una capacidad de cálculo suficiente para procesarla.
Pese a estos inconvenientes, Franco Frattini, responsable de la cartera de Justicia y Asuntos de Interior del Ejecutivo comunitario, ha explicado que «vamos a presentar una iniciativa sobre retención de datos en septiembre que contemple la protección de datos», mientras que José Manuel durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, ha asegurado que el texto que se apruebe tendrá sólidas bases legales.
Por su parte, Charles Clarke, ministro de Interior británico, cree que «los ciudadanos aceptarán algunos sacrificios en su libertad en ciertas circunstancias si se les asegura transparencia para entender el porqué». Asimismo, ha justificado la decisión que han adoptado ya que en su opinión el derecho a la privacidad está por detrás del derecho a «viajar en el metro de Londres un jueves sin que te vuelen».