La sonda espacial Juno se aproximó el pasado sábado a tan solo 1.500 kilómetros de la superficie de Ío, la luna galineana más cercana a Júpiter. Mientras la sobrevolaba, tomó una fotografía en la que se aprecian claramente dos columnas eruptivas que proceden de un volcán gigante con dos chimeneas o de dos volcanes muy próximos entre sí.
Se trata de la segunda ocasión en el último mes y medio que la órbita de Juno la lleva a las inmediaciones de Ío. El 30 de diciembre sobrevoló este satélite desde una distancia similar, la menor a la que se ha acercado una nave en las dos últimas décadas.
Las imágenes que ha tomado permiten observar con gran detalle el gran número de volcanes que cubren su superficie. Y es que Ío es considerado como el objeto que posee una menor cantidad de agua y el más activo geológicamente del Sistema Solar. Este fenómeno es debido al calentamiento que generan las enormes fuerzas de marea de Júpiter.
Las fotografías que está publicando la NASA muestran el característico colorido amarillo y naranja de Ío, que se debe a la gran presencia de azufre procedente de las erupciones volcánicas. También ponen de manifiesto los flujos de lava que cubren parte de su superficie y que llegan a alcanzar temperaturas de hasta 2.000 K.