Tal día como hoy de 1994 Sony lanzó en Japón una de las consolas que mayor influencia han tenido en el mundo de los videojuegos: la PlayStation. En una época en que las consolas de 16 bits dominaban el mercado, la aparición de la PS1 supuso una revolución gráfica absoluta que mandó al baúl de los recuerdos los gráficos pixelados de la Super Nintendo y la Mega Drive y los sustituyó por mundos tridimensionales.
La PlayStation disponía de un microprocesador R3051 de 32 bits que desarrolló la empresa LSI Logic Corp y que rendía a 33,87 MHz. Tenía una capacidad de cálculo de 30 MIPS, un ancho de banda del bus de 132 MB/s, una caché de instrucciones de 4 KB y una caché de datos de 1 KB. Además, incluía 2 MB de memoria RAM y un chip gráfico que podía procesar hasta 1,6 millones de polígonos por segundo y mostrar contenidos a resoluciones que iban desde los 256 x 224 píxeles hasta los 640 x 480 píxeles.
La PlayStation contribuyó de manera decisiva a la popularización de géneros hasta ese momento poco conocidos y amasó un catálogo de videojuegos espectacular, con clásicos como Gran Turismo, Final Fantasy VII, Resident Evil, Metal Gear Solid, Tekken, Tomb Raider o Crash Bandicoot.
La excepcional acogida que tuvo la consola provocó que Sony la vendiese durante un periodo de más de 11 años, hasta que el 31 de marzo del 2006, poco antes del lanzamiento de la PlayStation 3, dejó de producirla en sus factorías. En total, se vendieron 102 millones de unidades, una cifra que ninguna otra consola de sobremesa había alcanzado hasta ese momento.
Sólo la PlayStation 2 y la Nintendo DS han vendido posteriormente más unidades que la PlayStation 1. Pero sin quererle restar méritos a ninguna de ellas, es conveniente señalar que ni la una ni la otra han tenido la importancia trascendental que tuvo la PS1 para ayudar a popularizar los videojuegos entre millones de personas que hasta ese momento consideraban que las consolas eran cosa de niños.